Teniendo en cuenta
las implicaciones y consecuencias que pueda tener sobre la salud, el confort y
la seguridad de trabajadores, usuarios y clientes de hoteles, la gestión de la
calidad ambiental y de la higiene adquiere especial relevancia y trascendencia,
tanto desde el punto de vista técnico como económico. En todo caso, se trata de
un aspecto que debe asumirse con criterios empresariales, es decir, con visión
estratégica y enfoques de eficiencia y eficacia estrictamente profesionales,
integrando los correspondientes procedimientos de control como uno más de los
aspectos que deben asumir, como compromiso vinculado a sus funciones, los directores
y responsables de la gestión general de las empresas del sector.
Pero también se
han de tener en cuenta los aspectos de naturaleza personal que definen hoy en
día las actitudes y el comportamiento de la sociedad cuando se trata de
disfrutar, o sencillamente de utilizar los hoteles, ya sea por motivos de
trabajo o de esparcimiento. La evolución cultural, el auge de los medios de
información y comunicación, y el imparable proceso de consolidación del estado
de bienestar en el primer mundo, configuran un perfil de ciudadano cada vez más
exigente en cuanto atañe a “calidad”, en el sentido más amplio del término. Y
este concepto adquiere su máxima expresión cuando dicho ciudadano es tanto un
usuario asiduo como circunstancial de los servicios de hostelería, lo cual se
puede apreciar cuando reivindica con cierta autoridad moral los aspectos
asociados a seguridad, higiene y confort, realidad igualmente patente a nivel
de los trabajadores del sector, que intentan ejercer sus derechos en este
ámbito a través de las organizaciones sindicales o comités de empresa.
Conseguir, y luego
mantener, niveles óptimos en materia de ambiente interior y de higiene, ha de
ser un objetivo a plantear como requisito ineludible a nivel de los
responsables de cualquier activo inmobiliario. Por lo tanto, es sobre la base
de este postulado que se ha de proyectar cualquier estrategia de gestión, que
como tal, ha de cumplir y superar con éxito tres fases fundamentales a lo largo
de su desarrollo e implementación práctica: el Diseño en origen, la ejecución
de Instalaciones, Equipamientos y obras de reforma, y el Mantenimiento integral
de todas las infraestructuras y equipamientos que el caso implica.
La Calidad
Ambiental en los edificios